Translate

lunes, 4 de noviembre de 2013


REPERCUSIONES DEL FRACKING EN EL MEDIO AMBIENTE:


Las principales repercusiones posibles son la emisión a la atmósfera de contaminantes, la contaminación de aguas subterráneas debido a la fuga de fluidos de fracturación y por el vertido incontrolado de aguas residuales al exterior, lo cual deberá controlarse. Los fluidos de fracturación pueden contener sustancias peligrosas y su reflujo metales pesados y materiales radiactivos procedentes del subsuelo.
Las experiencias obtenidas en los Estados Unidos muestran numerosos accidentes que pueden dañar el medio ambiente y la salud humana. Entre un 1 y un 2 % de los permisos de perforación violan las obligaciones legales. Muchos de estos accidentes se deben a una manipulación incorrecta del equipo o a fugas de éste. Por otra parte, cerca de los pozos de gas se ha registrado contaminación de aguas subterráneas con metano, así como con cloruro de potasio, que provoca la salinización del agua potable.
Otra repercusión inevitable de la extracción de gas de esquisto es un alto índice de ocupación de tierra, debido a las plataformas de perforación, las zonas de aparcamiento y maniobra para camiones, equipos, instalaciones de procesamiento y transporte de gas, así como las carreteras de acceso.
Un informe de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de EEUU asocia el fracking con la contaminación de las aguas en el estado de Wyoming.
Se ha intentado exponer supuestos daños a terrenos agrícolas acompañando como muestra de ello una foto de un campo de pruebas nucleares en Nevada, de mediados del siglo pasado.
Un informe emitido en junio de 2011 por la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo, concluye que con la fracturación hidráulica se produce una «emisión de contaminantes a la atmósfera, contaminación de las aguas subterráneas debido a caudales de fluidos o gases provocados por escapes o vertidos, fugas de líquidos de fracturación y descargas no controladas de aguas residuales, así como la utilización de más de 600 productos químicos para liberar el gas natural».
A este respecto, en 2009 la NGSA (Asociación Norteamericana de Suministradores de Gas Natural) afirmó que no se había confirmado ningún caso de contaminación de acuíferos. Un estudio académico del "UT Austin’s Energy Institute" del Dr. Charles Groat, de la Universidad de Texas, defendió la tesis de la NGSA, aunque a finales del 2012 fue cuestionado por conflicto de intereses, al revelarse que dicho profesor trabajaba para una empresa de perforación durante la realización y publicación del estudio. Tras esto el profesor renunció a su puesto en la universidad

No hay comentarios:

Publicar un comentario